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SEMANA SANTA EN TARRAGONA. TRADICIÓN, SOLEMNIDAD Y SILENCIO

Situada a orillas del Mediterráneo, Tarragona es una ciudad privilegiada donde conviven los vestigios de la que fue la antigua urbe romana Tarraco con modernas avenidas y edificios de estilo futurista. Es una obligación para el visitante entrar en la Catedral Metropolitana y Primada, excepcional joya de transición románico-gótica, y pasear por los jardines del Paseo Arqueológico, antiguo refuerzo de las murallas romanas. Saliendo de este histórico paseo y bajando por el de San Antonio, se observa la perfecta simbiosis de la estructura urbana actual con la muralla, donde balcones incrustados en la piedra milenaria se convierten en verdaderos retales de vida cotidiana que se adivinan detrás de las persianas. Justo al iniciar la pendiente del paseo nos encontramos con el Museo Arqueológico, junto al Palacio de Augusto también conocido en la ciudad como Palacio de Pilatos, incorporado después de ser prisión al mismo Museo y desde donde se pueden contemplar, a vista de pájaro, los dos edificios romanos más impresionantes de la Tarraco romana: el anfiteatro y el circo.

Portada revista PASOS DE SEMANA SANTA
Tarragona es una ciudad que atesora una rica tradición cultural, como así lo demuestran las fiestas patronales de San Magín (19 de agosto) y de Santa Tecla (23 de septiembre), fiesta declarada de Interés Nacional por la Generalitat de Catalunya. Y entre estas festividades la de los Días Santos se erige como ningún otro día del año: tiempo de silencio solemne, que ultrapasa la personal creencia religiosa. Es una Semana Santa diferente a las de Andalucía o a la de castilla. Menos clamorosa que aquella y menos oscura que esta, conservando la piedad popular impregnada de seriedad y de una luz matizada por la radiante primavera mediterránea.
La solemne Procesión del Santo Entierro de la tarde-noche del Viernes Santo ha sido declarada también en el reciente 1999 Fiesta de Interés Nacional por la Generalitat de Catalunya.

Muchos son los actos que se desarrollan en el marco de la Semana Santa tarraconense: conciertos sacros, exposiciones, conferencias, funciones litúrgicas, Vía Crucis y las presentaciones de los opúsculos de cada una de las once hermandades.
Acto a destacar son las “Visiones de Semana Santa”, foro organizado cada año por una de las cofradías de la ciudad y en la que ofrece su particular visión de la Semana Santa e invita a otra hermandad o agrupación de cofradías foránea para dar a conocer sus tradiciones y celebraciones siendo Sevilla, Málaga, Murcia, Valladolid, Perpinyà, Bilbao y Cartagena las últimas en participar.

Los Vía Crucis se inician a partir del Domingo de Pasión en el barrio marinero del Serrallo, organizado por el Gremio de Mareantes y acompañado por la Cofradía de Pescadores, en el que desfilan los pasos “El prendimiento” y “Santo Entierro”. Posteriormente el Viernes de Pasión es el Gremio de labradores quien saca a la calle sus dos imágenes: “La piedad” y “Santo Sepulcro”.

El Domingo de Ramos, pórtico de la Semana Santa, tiene lugar en la Catedral la solemne Bendición de Palmas, seguido del Pregón realizado en el salón de plenos de la casa consistorial. Por la tarde la Real y Venerable Congregación de la Sangre de Jesucristo organiza un Vía Crucis acompañando al “Santo Cristo de la Sangre” que recorre las murallas romanas en toda su extensión y finaliza en la Catedral, donde es venerado por los fieles.

En la tarde del Lunes Santo son la Asociación la Salle, la Congregación del Descendimiento de la Cruz y la Cofradía de San Magín las que organizan conjuntamente el Vía Crucis que parte con devoción de la Ermita del Portal del Carro, dedicada al copatrón de la ciudad San Magín.

La Real Hermandad de Jesús Nazareno celebra el Martes Santo la salida procesional de sus tres pasos: “La segunda caída”, “Jesús Nazareno” y “Jesús Despojado”, participando también en el desfile santo un reducido grupo de penitentes cargados con cruces. Abre la procesión la Cohorte Romana, popularmente conocida en Cataluña como “Armats”, perteneciente a la R. y V. Congregación de la Sangre.

El Miércoles Santo parte de la iglesia parroquial de San Juan la tradicional Procesión del Dolor, organizada por la Hermandad de Nuestro Padre Jesús de la Pasión, y en la que desfilan los cinco pasos de dolor de Tarragona: “La Oración del Huerto” de La Salle, “La Flagelación” de La Sangre, el “Ecce-Homo” de la hermandad del mismo nombre, “La Segunda Caída” de la Hermandad de Jesús Nazareno y “Nuestro Padre Jesús de la Pasión” de la hermandad organizadora.

Llegados al Jueves Santo, los actos se centran en la celebración de los Oficios litúrgicos, con las visitas a los “monumentos” instalados en cada iglesia con la exposición del Santísimo. Destaca la Guardia de Honor Romana en el monumento de la Congregación de la Sangre en su iglesia de Nazaret, con sus relevos hasta bien entrada la medianoche.

Ya en la Madrugada del Viernes Santo, se celebra un multitudinario Vía Crucis organizado por la Hermandad del Santo Ecce-Homo, acompañando al Santo Cristo hasta la cima de una colina en las afueras de la ciudad, lugar donde se alza el Santuario de la Virgen del Loreto.
Al amanecer en el templo Catedralicio se celebra el “Sermón de la Bofetada” mientras se espera la entrada en el mismo del “Santo Cristo de la Sangre” para iniciar el histórico y tradicional Vía Crucis que llega hasta la Plaza del Rey, centro neurálgico del Viernes Santo donde se encuentra la iglesia de Nazaret, sede de la Congregación de la Sangre.

Tarde de Viernes Santo, los pasos esperan expuestos en la céntrica Rambla Nova a la espera de ser recogidos por la Cohorte Romana, los “Armats”, donde harán un saludo reverencial a cada uno de los ellos y los acompañarán hasta la Plaza del Rey, lugar de salida de la solemne Procesión. Antes de llegar a dicha plaza todos los pasos deben subir una cuesta muy empinada, la Bajada de la Pescadería. Allí se concentran millares de personas para contemplar el gran esfuerzo que supone para los portantes subir las artísticas imágenes a paso ligero hasta la Iglesia de Nazaret.

La plaza se convierte entonces en un museo de arte religioso, en el que se pueden contemplar las imágenes realizadas por grandes maestros de la imaginería religiosa, destacando las de Salvador Martorell, Claudi Rius, José Rius, Antonio Parera, Soriano Montagut y Agustín Ballester.

La Procesión del Santo Entierro 

Al atardecer el sonido de los tambores de la Cohorte Romana y la que sus lanzas producen al chocar rítmicamente contra el suelo, indica el inicio de la procesión. Su origen se remonta hasta el año 1550, aunque hasta 1858 salía la noche del Jueves Santo. Hasta ahora siempre ha sido organizada por la Real y Venerable Congregación de la Purísima Sangre de Nuestro Señor Jesucristo en colaboración con la Agrupación de Asociaciones de Semana Santa de Tarragona.

Son cinco horas de desfile procesional, con más de cinco mil penitentes y sesenta mil espectadores repartidos a lo largo del recorrido, guardando el más absoluto silencio y respeto.

El primer paso del cortejo procesional es “La Santa Cena“, obra de Emilio Soler realizado en 1995, que es acompañado por los jóvenes Aspirantes del Gremio de Mareantes. Les sigue la Asociación de Alumnos y Antiguos Alumnos de la Salle con sus dos pasos: “La Oración del Huerto” de 1942, obra de Messeguer y Rius, y “Velad y Orad”, una espléndida y delicada composición de Claudi Rius modelada un año después.

Es la Cofradía de Pescadores la que acompaña el siguiente paso llamado “El Prendimiento de Jesús”, obra realizada el año 1956 por el escultor Jaume Satorras. Le siguen los Aspirantes de la Real Congregación de la Purísima Sangre, una de las cofradías más antiguas de la ciudad, que dan escolta a las impresionantes tallas que forman el conjunto de la “Flagelación” de 1948, obra de estilo barroco realizada por Inocencio Soriano Montagut.

La última Cofradía aparecida en Tarragona es la Cofradía del Cristo del Buen Amor y de la Virgen de la amargura con San Juan Evangelista. Fue fundada en 1993 por andaluces residentes en la ciudad, y acompañan su paso “Cristo del Buen Amor” de la escultora reusense Mercè Bessó realizada en 1996.
Seguidamente aparece la Hermandad del Santo Ecce-Homo con su grupo escultórico “Ecce-Homo”, de Emilio Soler realizado en 1994.  El paso lo forman Jesús, Pilatos y un soldado romano.

La imagen de Lluís M. Saumells “Nuestro Padre Jesús de la Pasión”, realizada en 1993 propiedad de la Hermandad del mismo nombre, da paso a una de las cofradías más numerosas del desfile: es la Real Hermandad de Jesús Nazareno que da escolta a sus tres pasos: “Segunda Caída”, obra de Antonio Parera del año 1930 (único paso que sobrevivió completamente a la destrucción de imágenes de 1936), la imagen de Jesús Nazareno del paso del mismo nombre, restituida el 1939 por Salvador Martorell (este paso solo conserva las imágenes de las Santas Mujeres que realizó José Rius en 1907), y el tercer paso de la Hermandad, el de “Jesús Despojado”, obra de Agustín Ballester Besalduch realizado en 1961. Las imágenes de los nazarenos dan paso a un larga y silenciosa comitiva de penitentes con cruces, cadenas y símbolos de la Pasión. Son flanqueados por congregantes de la Purísima Sangre que les alumbran con sus hachones y que acompañan al paso “Cristo de los Penitentes”, obra de 1961 del escultor Soriano Montagut, y la imagen del “Cristo de la Sangre” de Salvador Martorell, tallada en 1940.

La Congregación del Venerado Cuerpo de Cristo en el Descendimiento de la Cruz y su espectacular paso del mismo nombre, diseñado por R. Bohigas y esculpido por Saumells en 1953 preceden al Gremio de Payeses de San Isidro con su paso “La Piedad”, talla diseñada por José María Jujol, genial discípulo de Gaudí, y esculpida definitivamente por J. Martisella.

Vuelve a desfilar el Gremio de Mareantes con su segundo paso “Santo Entierro” de Salvador Martorell datado en 1941. El “Retorno del Calvario”, grupo modernista de Juan Salvador Voltes realizado en 1943 es acompañado por la Ilustre Cofradía de San Magín Mártir de Barcelona.

El anteriormente nombrado Gremio de Payeses acompaña, a continuación, su segundo paso llamado “Santo Sepulcro”, obra anónima del siglo XVII siendo la pieza más antigua que desfila por las calles de Tarragona durante la Procesión.

Cierra el desfile procesional la dulce imagen de la “Virgen de la Soledad”, obra de José Viladomat realizada en 1941, que es acompañada por la Cofradía de Señoras de la Stma. Virgen de la Soledad.

Publicació de l'article a la revista 'Pasos de Semana Santa'
Es el Sábado Santo, con la salida en dirección a la Metropolitana Catedral, de la “Virgen de la Soledad”, el último día para poder contemplar la particular singularidad con que se celebran los desfiles procesionales en nuestra ciudad.

La Semana Santa es una celebración profundamente enraizada en el alma de los tarraconenses, que de padres a hijos han sabido mantener año tras año la tradición, la solemnidad y el silencio de las procesiones. Sirvan estas líneas para invitaros a conocerla y a participar en ella.

Daniel Pallejà i Blay, 2000 
Article publicat a la revista Pasos de Semana Santa nº10. Abril, mayo, junio de 2000      
         


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